lunes, 20 de mayo de 2013

El Pantano

Ese día siempre llega. Llevas toda tu vida esperando por ese día, y al final llega, no sabes cómo. ni cuando ni porqué, pero llega. Llega ese día en el que llega esa luz a través del universo que te invita a viajar (guiño eurovisivo de la entrada).

En ocasiones sentimos que nos encontramos en un pantano, pantano en el que nos hemos metido nosotros mismos, y lógicamente estando en este pantano tenemos que habituarnos para hacer ahí nuestra vida, buscar las aguas más calientes, los peces más sabrosos, las sombras más cómodas, pero al fin y al cabo sólo se trata de un pantano.

Un día salí de mi pantano, y una luz me cegó los ojos y una mano me invitó a caminar. Era una mano cálida, agradable y suave y me hizo ver lo bello que era el mundo fuera de mi pantano, todas las posibilidades que tenía y que cada día podía descubrir.

Pero después me dejó otra vez dentro de mi pantano, en un principio me sentí solo y frío, pero al cabo del tiempo me re-acostumbré a mi pantano, a mis aguas calientes, a los peces que allí había y a los lodos que me cubrían hasta las rodillas, hasta un punto que llegué a olvidarme hasta de la existencia de aquella mano y del resto del universo.

Pero hoy, en este momento, he decidido, que voy a cerrar el pantano.